hopi
hace unos años pasé un verano entero junto a mi hermana irene en estados unidos. recorrimos el país de punta a punta, de este a oeste, en un lincoln de los 80, un katxarro impresionante.
de todos las lugares en los que estuvimos, el lugar que más me impresionó fue el GRAN CAÑON. me sentí súper enana frente a semejante coloso.
muy cerca de ese lugar, en una esquinita de arizona, tienen su reserva (o lo que queda de ella) los indios hopi. irene y yo tuvimos la gran oportunidad de estar allí y descubrir por nosotras mismas su forma de vida y sus tradiciones.
los hopi tienen la creencia de que actualmente estamos en el cuarto mundo y que anteriormente hemos pasado por otros tres, devastados por el fuego, el hielo y el agua. para que el paso de uno a otro mundo fuera menos traumático, dawa, el dios sol, enviaba a gogyeng sowuhti, la abuela araña para que ayudara a los seres vivos. en el último paso, del tercer al cuarto mundo, gogyeng sowuhti incluso se hizo acompañar por dos dioses guerreros nietos suyos, pokanghoya y polongahoya.
después de cada paso, los seres del más allá siempre volvían junto a dawa. hoy en día, los hopi les recuerdan como katchina y fabrican muñecos que les honran y recuerdan, a fin de que los niños los reconozcan cuando regresen.
de todos las lugares en los que estuvimos, el lugar que más me impresionó fue el GRAN CAÑON. me sentí súper enana frente a semejante coloso.
muy cerca de ese lugar, en una esquinita de arizona, tienen su reserva (o lo que queda de ella) los indios hopi. irene y yo tuvimos la gran oportunidad de estar allí y descubrir por nosotras mismas su forma de vida y sus tradiciones.
los hopi tienen la creencia de que actualmente estamos en el cuarto mundo y que anteriormente hemos pasado por otros tres, devastados por el fuego, el hielo y el agua. para que el paso de uno a otro mundo fuera menos traumático, dawa, el dios sol, enviaba a gogyeng sowuhti, la abuela araña para que ayudara a los seres vivos. en el último paso, del tercer al cuarto mundo, gogyeng sowuhti incluso se hizo acompañar por dos dioses guerreros nietos suyos, pokanghoya y polongahoya.
después de cada paso, los seres del más allá siempre volvían junto a dawa. hoy en día, los hopi les recuerdan como katchina y fabrican muñecos que les honran y recuerdan, a fin de que los niños los reconozcan cuando regresen.
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